Hace poco, un importante sitio web sobre estilo de vida provocó un gran revuelo entre los hombres australianos. El sitio publicó un artículo que sugería que los hombres australianos tienen más probabilidades de quedarse calvos que los de cualquier otro país del mundo. El texto se basó en unas hojas informativas publicadas por el gobierno de Australia, que mostraban que casi la mitad de los hombres de ese país sufrirían una caída significativa del cabello antes de llegar a los 50 años, una proporción excepcionalmente alta.
¿A qué se debe esto? ¿Existen otros factores ambientales que pudieran estar contribuyendo a la caída del cabello en tu país de origen? Sigue leyendo para que lo descubras.
Rayos ultravioletas
Parece que el principal problema de Australia son los elevados niveles de rayos UV que azotan al país. El sitio web citaba al bien llamado “Dr. Sol”, que explicaba que “la luz UV produce muchas especies reactivas de oxígeno que no solo dañan al pelo, sino también a los folículos pilosos del cuero cabelludo”. El artículo también destacaba otros factores que podrían estar contribuyendo a las altas tasas de pérdida capilar entre los hombres australianos, como las deficiencias dietéticas.
El estudio indica que los factores ambientales en algunas zonas del mundo pueden contribuir con la caída del cabello. Plantea la posibilidad de que la ubicación geográfica, y los problemas medioambientales que conlleva, pueden ser un factor que cause o agrave la caída del cabello. Veamos cuáles son algunos de esos factores.
Clima y contaminación
Aunque no existen pruebas que relacionen directamente el clima con la caída del cabello, ciertas condiciones climáticas pueden contribuir a dañarlo. En el caso de Australia, hemos visto que los altos niveles de radiación UV pueden dañar las hebras y los folículos pilosos, pero ese apenas es un ejemplo. El aire caliente y seco puede absorber la humedad del cabello, poniéndolo más quebradizo y propenso a las roturas. Con el tiempo, esta situación puede terminar provocando la caída del cabello.
Del mismo modo, las condiciones de humedad pueden hacer que el pelo se encrespe y se ponga rebelde. En casos extremos, la humedad elevada también puede debilitar el cabello y ponerlo más propenso a las roturas. Igualmente, las condiciones climáticas extremas, como los inviernos fríos o los veranos calurosos, pueden causar estrés en los folículos pilosos.
La exposición a la contaminación es otro factor a tener en cuenta. Los contaminantes del aire, como el polvo, el humo o las emisiones de los automóviles, pueden acumularse en el cuero cabelludo y obstruir los folículos pilosos. Pueden provocar inflamación y estrés oxidativo, allanando el camino para la creación de moléculas inestables, conocidas como radicales libres, que pueden dañar los folículos pilosos. Ya hemos mencionado el peligro que supone la radiación ultravioleta, pero la contaminación atmosférica también puede aumentar la exposición a la radiación UV del sol.
La calidad del agua
El agua dura contiene altos niveles de minerales, como calcio y magnesio, que pueden acumularse en el cuero cabelludo y dañar los folículos pilosos. El pH del agua también puede afectar al cabello. El agua demasiado alcalina o demasiado ácida puede alterar el equilibrio natural del pH del cuero cabelludo. Hay que tener en cuenta que el cuero cabelludo es el “jardín” en el que crece nuestro pelo, así que cualquier cosa que lo altere también puede afectar su crecimiento.
Las fuentes de agua pueden contener contaminantes químicos como plomo, arsénico y pesticidas, sustancias que pueden ser perjudiciales para la salud capilar. Al agua corriente se le suele añadir cloro, para eliminar bacterias y otros microorganismos. Pero esta exposición al cloro puede dañar al cabello, al despojarlo de sus aceites naturales, provocando que se ponga seco y quebradizo.
Dieta
Los alimentos que se consumen habitualmente en una región determinada también pueden contribuir a la caída del cabello. Por ejemplo, en algunos países las dietas tradicionales son bajas en proteínas. Como el cabello está formado principalmente por proteínas, es poco probable que una dieta baja en proteínas y rica en carbohidratos favorezca el crecimiento de un cabello sano y fuerte.
En otros países, la dieta tradicional puede ser baja en hierro y otros nutrientes. Ciertas vitaminas y minerales, como el hierro, el zinc y la biotina, son esenciales para el crecimiento sano del cabello, por lo que las dietas bajas en estos nutrientes no favorecerán un crecimiento vigoroso del pelo. En estos casos, es posible que el cabello que se pierda como parte del ciclo natural de crecimiento no pueda ser repuesto.
En algunos lugares, la gente sigue dietas ricas en grasas saturadas y trans. En otros países se consumen cantidades excesivas de alimentos picantes. Ambos tipos de dietas pueden provocar inflamación del cuero cabelludo, y dañar los folículos pilosos.
Conclusión
En general, aunque el lugar de residencia puede contribuir a la caída del cabello, es poco probable que sea un factor importante. La genética, la edad, las enfermedades y los desequilibrios hormonales son factores más determinantes. Incluso es probable que influyan más los hábitos y productos de cuidado capilar, los cuales no son específicos de ningún país.
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