Recientemente, una organización de salud del vecindario de Hartford (Connecticut, Estados Unidos) se asoció con un pastor y un peluquero de la zona, para ofrecerles a las personas sin hogar cortes de pelo y exámenes de salud gratuitos. El evento, al que llamaron “No Hair Left Behind“, pretendía forjar relaciones con quienes suelen quedarse al margen de la sociedad.
La mayoría de la gente puede entender sin problemas por qué les ofrecieron exámenes médicos gratis. Sin embargo, lo de los cortes de pelo desconcierta a muchas personas. ¿Para qué cortes de pelo? ¿En serio, eso es lo que más necesitan las personas sin hogar? Por extraño que parezca, la respuesta es un “sí” rotundo. Y es que existe un fuerte vínculo entre el cuidado personal y nuestra sensación de bienestar. Sigue leyendo, que te lo vamos a explicar mejor.
Peluquerías
Se suele decir que uno no aprecia lo que tiene hasta que lo pierde. Sin duda, eso pasó con las peluquerías durante la pandemia. Debido a la cuarentena, ya no podíamos ir a la peluquería como antes. Y mucha gente empezó a extrañar ese contacto tan personal. Gran parte de esa nostalgia se explica por la interacción social que nos brindan los salones de belleza. Los clientes perdieron el contacto con sus estilistas, y ya no podían charlar y compartir sus confidencias como antes.
Los estilistas también sintieron esa melancolía. Una estilista londinense lo expresó así: “Cuando venían mis clientes, siempre teníamos algo de qué hablar. Y para ser sincera, no me parece apropiado referirme a ellas como clientas, más bien las veo como conocidas, y creo que esa relación puede llegar a ser muy especial”.
El cabello y la confianza en uno mismo
Esa interacción social que brindan los salones de belleza es buena para nuestra salud mental. No en vano, en los años 90, el gigante de la comunicación BT basó una exitosa campaña publicitaria en el eslogan “hablar es bueno”. Sin embargo, los beneficios que ofrece el cuidado del cabello van mucho más allá de una buena charla.
Todos sabemos que cuando nos sentimos seguros de nuestra apariencia, también nos sentimos mejor con nosotros mismos. Nuestra autoestima se eleva, y nos sentimos capaces de afrontar los retos que plantea la vida diaria. Nuestro instinto nos dice que el estado de nuestro cabello es un factor crucial para nuestra apariencia.
Está bien todo eso de la intuición, ¿pero acaso hay algún estudio que lo respalde? Nuevamente, la respuesta es un rotundo “sí”. Diversos estudios han demostrado que la manera como percibimos nuestro atractivo tiene un gran impacto en cómo nos sentimos y cómo nos comportamos. Esas investigaciones también señalan que nuestro cabello suele ser lo que la gente más recuerda de nosotros después del primer encuentro.
La otra cara de la moneda
Toda moneda tiene dos caras. No siempre tenemos el cabello como queremos. Todos pasamos por eso, y si nuestro bienestar llega a depender demasiado de nuestro aspecto, esa eventualidad puede afectarnos. A veces nos hacen un corte inadecuado, o dejamos pasar demasiado tiempo para cortarnos el pelo. Puede haber muchas razones. Por lo general, podemos superar esos problemas fácilmente, yendo a la peluquería o cambiando un poco nuestra rutina de cuidado capilar.
Los verdaderos problemas empiezan cuando el cabello muestra señales más alarmantes. Si el cabello se deteriora a largo plazo, la salud mental puede verse seriamente comprometida. Eso puede pasar si sufrimos adelgazamiento o pérdida del cabello, por citar solo dos ejemplos. Cuando el pelo es una parte importante de la identidad de una persona, su pérdida genera ansiedad, tristeza o depresión. ¡Y todo por el mal estado del cabello!
Circunstancias difíciles
Aunque las personas sin hogar no sufran calvicie, suelen enfrentar circunstancias que dificultan, si no impiden, el aseo personal y el cuidado apropiado del cabello. Y cuando alguien está en este tipo de situaciones, se pueden producir los mismos efectos a largo plazo que tiene la caída del cabello, ya que un problema temporal termina convirtiéndose en una situación permanente que afecta a la salud mental. Las personas sin hogar ya tienen que enfrentar muchos otros problemas que afectan su autoestima, y lo último que necesitan es echarse más problemas encima.
Miguel Delvalle es el barbero que ofreció sus servicios de forma gratuita para el proyecto “No Hair Left Behind”. Como él sufrió falta de vivienda cuando era joven, sabe muy bien cómo esa situación puede afectar nuestra autoestima. Y también sabe que la atención de las necesidades básicas, como el cuidado del cabello, puede hacer mucho por la salud mental de la gente. “Mucha gente se siente perdida y olvidada, incluso por sus propias familias. Con campañas como esta, podemos hacerles ver que ellos sí nos importan a nosotros”.
Conclusión
Hay personas que ven el cuidado del cabello como un asunto de pura vanidad. A las personas que expresan su preocupación por la caída y el debilitamiento del cabello se les suele decir que acepten su condición sin más, como si no fuera gran cosa. Pero la verdad es que nuestro cabello sí es muy importante. Cuando se nos ve bien, nos sentimos bien. Y cuando lo tenemos en mal estado, podemos experimentar tristeza y depresión. ¡Eso sí que es importante!
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