Seamos claros: es muy poco probable que la dieta sea la responsable de la caída del cabello. Las pruebas están por todas partes. Lamentablemente, hay millones de personas que no siguen una dieta adecuada y balanceada. Sin embargo, lo cierto es que no todas sufren caída del cabello como consecuencia de ello. Por eso en el título de este artículo hemos usado la palabra “contribuir”, en vez de “causar”. La caída del cabello puede deberse a una multiplicidad de factores, incluyendo la genética, desequilibrios hormonales, enfermedades, estrés e incluso malas prácticas de cuidado capilar. No obstante, nuestros hábitos alimenticios sí pueden acelerar o ralentizar la forma en que esos factores afectan al cabello.
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Hazte tu revisión
Si la dieta no es la principal causa de la caída del cabello, entonces debe haber algo más. Lo primero que debes hacer es identificar el problema. Es buena idea que consultes a un profesional sanitario o a un especialista capilar, para determinar la causa subyacente y desarrollar un plan de control o tratamiento.
Una vez hecho esto, podrás enfocarte en los factores que podrían estar contribuyendo al problema. La comida es una de ellas. Debes entender que lo importante no es solamente lo que comes, sino cómo comes. Y no estamos hablando de la forma como masticas tus alimentos, ni de cómo agarras el cuchillo o el tenedor. Más bien nos referimos a tus patrones y horarios de alimentación.
Dietas de choque
Las dietas rápidas pueden contribuir a la caída del cabello. Las dietas de choque, que se hacen para perder peso rápidamente, consisten en restringir de forma drástica la ingesta de calorías a lo largo de varios días o semanas. Si este ciclo se repite, es posible que el organismo no pueda obtener suficientes nutrientes esenciales para sostener un crecimiento sano del cabello. A largo plazo, la falta de estos nutrientes puede debilitar los tallos capilares y provocar la caída del cabello.
Las dietas de choque también someten al organismo a un estrés considerable, pudiendo desencadenar una enfermedad llamada efluvio telógeno. Esto ocurre cuando un número significativo de folículos pilosos entran al mismo tiempo en la fase de reposo (o fase telógena) del ciclo de crecimiento del cabello, provocando que se caiga más cabello de lo normal. Esta afección suele ser temporal, y por lo general el pelo vuelve a crecer una vez que se aborda la causa subyacente. Pero no hay duda de que puede generar mucha angustia.
Comiendo como un Yo-Yo
Las dietas yoyo, también conocidas como ciclado de peso, consisten en perder y recuperar peso repetidamente. Al igual que las dietas rápidas, estos patrones pueden contribuir a la caída del cabello, ya que someten al organismo a un estrés considerable, provocando deficiencias nutricionales.
Los horarios de alimentación irregulares son una forma más leve de dieta yo-yo. Este tipo de alimentación no se realiza con el objetivo de perder peso, sino como una forma de encajar las comidas dentro de un estilo de vida agitado o desorganizado. Sin embargo, el efecto neto es el mismo, ya que saltarse comidas puede alterar los ritmos naturales del organismo y provocar deficiencias nutricionales. Si solemos saltarnos las comidas, es posible que nuestro cuerpo no reciba el aporte de nutrientes que necesita para poder mantener una cabellera sana.
Cuando no le dedicamos tiempo a las comidas regulares también podemos aumentar el riesgo de consumir demasiada comida rápida. La comida chatarra o los platos preparados en el microondas pueden generar una dieta desequilibrada, con exceso de azúcar, grasas y alimentos procesados. También es probable que esa alimentación sea baja en frutas, verduras y otros alimentos ricos en nutrientes, lo que provocará deficiencias nutricionales, con la consiguiente caída del cabello.
¿Qué nutrientes necesita mi pelo?
Muchos de los nutrientes clave que son importantes para tener un cabello sano también lo son para nuestra salud en general. Las proteínas encabezan la lista. Recuerda que el cabello está formado por una proteína llamada queratina, por lo que la falta de proteínas en la dieta puede contribuir a su caída. El hierro también es un elemento importante, porque ayuda a transportar oxígeno a los folículos pilosos. La deficiencia de hierro puede contribuir al debilitamiento y la caída del cabello. Las vitaminas B y D, el zinc, el magnesio y los ácidos grasos omega-3 también ocupan un lugar destacado en la lista.
Estos nutrientes se encuentran en alimentos como la carne magra, las verduras, los productos lácteos, las frutas, los frutos secos, las semillas y los cereales integrales. No tienes que obsesionarte con el tema, pero si incorporas estos alimentos a tu dieta y sigues un horario sensato con tus comidas, reducirás las posibilidades de que tu dieta contribuya a la caída del cabello.
Reflexiones finales
Si estás sufriendo los síntomas de la caída del cabello, debes hablar con un profesional sanitario o con un especialista capilar, para determinar la causa subyacente y elaborar un plan de control o tratamiento. Uno de los aspectos del plan puede consistir en introducir cambios en tu dieta, para garantizar una nutrición adecuada que favorezca el crecimiento sano de tu cabello.
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