El comediante y presentador de televisión británico Jimmy Carr ha hablado abiertamente sobre el trasplante de pelo que se hizo en 2020. Sin embargo, eso no ha impedido que se convierta en el blanco de chistes y burlas sobre su nuevo aspecto. Carr es muy mordaz como comediante, así que no es de extrañar que otras celebridades de la televisión hayan aprovechado la oportunidad para vengarse de él. Pero no solo él ha tenido que soportar ese tipo de comentarios. El exfutbolista internacional Pat Nevin admitió que esperaba recibir “muchos insultos” después de revelar que se había sometido a un trasplante de pelo.
¿Qué hay detrás de este tipo de reacciones? ¿Todavía estamos muy lejos de que la restauración capilar tenga la misma aceptación que los tratamientos dentales, por ejemplo? Sigue leyendo para que lo descubras.
Chistes de calvos
Existe una larga tradición de bromas sobre los trabajos de restauración capilar. Gran parte de esos chistes se remontan a décadas atrás, cuando los resultados eran muy obvios y primitivos. Hoy en día, sin embargo, los trasplantes capilares son cirugías sofisticadas, en las que se aplican las tecnologías más avanzadas. Gracias a ello, el cabello que se trasplanta se ve tan natural como cualquier otra parte de la cabellera. Entonces, ¿por qué las burlas no cesan? Tal vez porque el objetivo de los chistes no es criticar el trabajo de restauración capilar en sí, sino más bien burlarse de la calvicie que hizo que ese tratamiento fuera necesario.
Lo cierto es que los chistes sobre la calvicie son tan antiguos como la propia enfermedad. La profesora Mary Beard, de la Universidad de Cambridge, escrició un libro sobre el sentido del humor en la antigua Roma; y una de las cosas que descubrió fue que a los romanos les resultaba muy divertida la calvicie. Esa corriente de humor continúa hasta nuestros días: en 2019, la organización Alopecia UK tuvo que abordar el tema de los chistes de calvos, tras las quejas que se generaron a raíz de los comentarios que hizo un presentador de la BBC sobre sus colegas calvos.
La infame bofetada de Will Smith a Chris Rock, en los premios Oscar de este año, se produjo porque este último hizo un chiste sobre la alopecia que sufre Jada Pinkett-Smith. Pero en cierto sentido, el chiste de Chris Rock fue un caso atípico. Reírse de la calvicie femenina es menos común, y sin duda, menos aceptable que reírse de la calvicie masculina. Entonces, ¿por qué los chistes sobre la calvicie masculina siguen siendo aceptables en pleno 2022?
“Hombres de verdad”
En parte, este tipo de humor proviene de una visión inexacta y anticuada de lo que constituye la “verdadera” masculinidad. Según esta perspectiva, muy propia de la vieja escuela, los hombres no deberían preocuparse por su aspecto físico. De hecho, algunos luchadores profesionales y otros deportistas destacados lucen sus cicatrices y sus orejas de coliflor casi como si fueran trofeos de honor. En este contexto, preocuparse por la caída del cabello se considera poco masculino.
Tal vez en otros tiempos los hombres no se preocupaban por su apariencia, pero parece que las cosas están cambiando. Las ventas de productos de aseo masculino siguen creciendo, y la cantidad de procedimientos cosméticos, incluyendo la restauración del cabello, sigue aumentando año tras año. Cada vez más, los hombres están dispuestos a admitir que sí les importa su aspecto.
El efecto Beckham
Este cambio está ligado a la aparición de actores, cantantes y deportistas que están dispuestos a admitir que se preocupan por su apariencia. Un ejemplo destacado es el exfutbolista David Beckham, que nunca ha ocultado esa faceta de su personalidad. Su gusto por la moda (¿recuerdas el pareo?), sus constantes cambios de peinado y su amor por los tatuajes ayudaron a abrir muchos caminos, y permitieron que otros hombres fueran más abiertos sobre sus propias preocupaciones.
La actitud de los hombres respecto a su cabello forma parte de esa nueva apertura. Después de haber visto a tantos hombres famosos luciendo con orgullo su calvicie o su cabeza rapada, algunos terminan aceptando su calvicie, si eso es lo que desean. Pero los hombres que no quieren perder el pelo se sienten más apoyados, al ver que tantos famosos se han sometido a trasplantes capilares y que hablan de ello abiertamente.
La parte de “hablar abiertamente” es importante. Los famosos no solo han hablado del procedimiento en sí, sino que también han sido sinceros sobre las razones que los llevaron a optar por hacerse el trasplante. Si algo ha calado en el público, es ver a tantos personajes exitosos confesando abiertamente que su confianza y su autoestima se vieron afectadas por la pérdida del cabello. Eso ha contribuido a desterrar algunos de los estigmas que rodean todo el proceso, y ha permitido que la restauración capilar se convierta en un procedimiento más aceptado en la industria de la atención sanitaria. Todavía falta mucho camino por recorrer, pero parece que cada vez más hombres están perdiendo el miedo.
Conclusión
Hacerse un trasplante capilar no debería ser motivo de burlas, independientemente de que un hombre decida aceptar su calvicie o someterse a una operación. Al fin y al cabo, nadie se burla de que alguien decida arreglarse los dientes con procedimientos de ortodoncia. Todavía falta mucho para lograr una aceptación total, pero la sociedad ha dado grandes pasos en esa dirección.
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