Mitos sobre los trasplantes capilares

Alrededor del mundo hay millones de personas que sufren a causa de la caída del cabello. Por fortuna, la cirugía de trasplante capilar ha estado ganando más aceptación, ya que es un método confiable y científicamente comprobado para tratar el problema. Pero eso no significa que sea fácil tomar la decisión de someterse a un trasplante capilar. De hecho, ese tema todavía está rodeado de muchos estigmas. Se ha avanzado mucho en la aceptación de estos trasplantes como servicio de salud, cosa que ya tratamos en otro artículo. Pero todavía queda mucho por hacer.

Todavía es necesario disipar algunos mitos sobre los trasplantes capilares. Muchas personas siguen desinformadas debido a estos mitos. ¡Vamos a ver cuatro de los peores!

Mito número 1: “El pelo es falso”

Es probable que este mito haya nacido hace cuarenta o cincuenta años, cuando se empezaron a hacer los primeros trasplantes capilares a base de injertos, con técnicas rudimentarias. Se tomaban hebras de la zona donante, que luego se implantaban en las zonas que presentaban calvicie, dejando notables espacios entre cada uno de los mechones. Además, los cabellos se implantaban en un ángulo muy vertical, por lo que el resultado no se veía nada natural.

Por suerte, hoy en día la situación es muy distinta. Gracias a la moderna técnica de extracción de unidades foliculares (FUE), los cirujanos pueden implantar folículos pilosos extraídos de las zonas donantes, sobre todo en las entradas y en la coronilla. En pocos meses, los folículos trasplantados empiezan a generar pelos, los cuales van creciendo tal como lo hubiesen hecho en su posición original. Por lo tanto, el cabello trasplantado es 100% natural.

Mito número 2: “Solo es una solución temporal”

Este mito disuade a muchas personas de someterse a un trasplante capilar, porque piensan que tendrán que repetir el proceso cada cierto tiempo. Dejémoslo bien claro: la mayoría de las personas que se hacen trasplantes en clínicas acreditadas solo tienen que pasar por eso una sola vez en sus vidas. Sin embargo, los datos recabados por la Sociedad Internacional de Cirugía de Restauración Capilar (ISHRS) muestran que alrededor del 32% de los pacientes terminan requiriendo más de una intervención, para poder alcanzar el resultado deseado. ¿A qué se debe esto?

Una de las principales causas es que muchas de las segundas y terceras intervenciones son lo que la ISHRS describe como “reparaciones”. En la mayoría de los casos se deben a trasplantes mal hechos, que suelen llevarse a cabo en clínicas del mercado negro, que forman parte del llamado “turismo de trasplantes”. Aunque estos operadores de bajo coste prometen muchas cosas, la realidad es que sus cirugías suelen ser realizadas por profesionales no cualificados que carecen de la formación adecuada.

Un número menor de casos está formado por clientes, a menudo famosos, que deciden hacerse su primera intervención quirúrgica, a pesar de las advertencias que les hacen de que van a necesitar más intervenciones en el futuro. En estos casos, con frecuencia se trata de decisiones basadas en las exigencias de su imagen pública o de sus carreras.

Mito número 3: “Duele demasiado”

El término “cirugía de trasplante” les genera temor a muchas personas. Algunos desisten de someterse a un tratamiento de restauración capilar porque piensan que es demasiado doloroso. En décadas pasadas el dolor formaba parte del proceso. Sin embargo, hoy en día los avanzados métodos quirúrgicos y la tecnología mínimamente invasiva han hecho que la experiencia sea mucho más llevadera. Para la intervención se utiliza anestesia local, la cual se puede aplicar sin necesidad de agujas, y tampoco es necesario hacer suturas. Por lo general, los pacientes pueden reanudar sus actividades cotidianas a las veinticuatro horas de la intervención.

La mayoría de las clínicas recetan analgésicos, en el caso de que los pacientes sientan alguna molestia una vez pasada la anestesia. Esto se hace más como medida de precaución. Pero por lo general, los pacientes no reportan ningún dolor postoperatorio importante.

Mito número 4: “Soy demasiado viejo para hacerme un trasplante”

La edad no debería ser ningún impedimento para hacerse un trasplante capilar. La verdad es que la idoneidad viene determinada por la naturaleza de la calvicie, y por la calidad del cabello que haya en las zonas donantes, en las áreas posteriores y laterales de la cabeza. Si esos factores juegan a tu favor, tu edad no tiene por qué ser un obstáculo.

Sin embargo, sí hay personas que pueden ser demasiado jóvenes para hacerse un trasplante capilar. Las clínicas de renombre no operan a un cliente a menos que puedan identificar un patrón de pérdida capilar claro. Además, deben asegurarse de que el nuevo cabello no vaya a quedar aislado por pérdidas posteriores. De lo contrario, el cliente necesitaría más trasplantes en el futuro. Debido a esto, a los más jóvenes les suelen recomendar que esperen uno o dos años más, para ver cómo evoluciona su condición.

Conclusión

Es normal que la gente se lo piense mucho antes de tomar la decisión de hacerse un trasplante capilar. Algunos se preocupan por lo que puedan pensar sus amigos y familiares, y muchos creen las tonterías que se dicen sobre los trasplantes. Esperamos que este artículo haya derribado esos mitos.

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