Septiembre fue el mes de la concientización sobre la alopecia. Este acontecimiento anual permite que organizaciones y grupos de apoyo alrededor del mundo reciban más cobertura mediática, y recauden fondos para llevar a cabo su trabajo. El evento también crea un espacio para que las personas que sufren de alopecia puedan contar sus experiencias. Escuchar los relatos de quienes se enfrentan a esta condición permite que el público en general vea cómo este problema afecta la vida de sus vecinos, colegas y familiares.
En este artículo analizamos tres de esas historias. ¡Prepárate para conocer a gente increíble!
Katie
A la australiana Katie Hale le diagnosticaron alopecia areata en 2015. Fue un golpe muy duro para esta enérgica mujer de veintitrés años. Tal como le explicó Katie a David Bevan, de ABC Radio Adelaida, su pelo era una parte fundamental de su identidad. Tenía una larga melena de cabellos rubios y rizados. “Mi pelo era lo mejor de mí”, aseguró Katie. Pero en apenas una semana, la mitad de su cabello ya se había ido. Unos meses después, la pérdida se había extendido al resto de su cuerpo.
Katie vivía en Sídney cuando le diagnosticaron la enfermedad, pero la terrible experiencia la llevó a trasladarse hasta Melbourne. “Me mudé a otra ciudad para empezar de cero, para poder estar rodeada de gente que no me conociera de antemano, porque la gente empezó a tratarme de forma muy distinta”. Katie también tuvo que soportar que la gente la mirara por la calle, haciendo “bromas” y comentarios sobre su aspecto.
Las redes sociales fueron su mejor refugio. A través de Instagram, pudo conectar con otras jóvenes que estaban pasando por la misma situación. Como dijo Katie, eran personas “que se parecían” a ella. Ha logrado crear una red de apoyo que se extiende por todo el mundo. Su actividad en las redes sociales la ha ayudado a recuperar la confianza en sí misma. Sigue teniendo problemas, pero hablar con personas que están en su misma situación le ayuda a afrontarlos.
Chloe
Chloe Sheehan tenía veintidós años cuando la alopecia areata le arrebató su espesa cabellera castaña. Perdió el ochenta por ciento de su cabello, pocos meses después de que aparecieran las primeras calvas. Eso desencadenó un periodo muy difícil en la vida de esta joven irlandesa, e incluso estuvo a punto de romper con su novio. Chloe no se imaginaba casándose, ni yendo a la maternidad con una peluca. En sus peores momentos, incluso llegó a contemplar el suicidio.
Unos años más tarde, Chloe ya trabajaba creando conciencia sobre la alopecia, y apoyaba a muchas personas que padecían la enfermedad. Nadie mejor que ella para contar lo duro que puede llegar a ser esta condición. “La pérdida del cabello te genera mucho dolor emocional y problemas de identidad, ira y autoestima”. Al igual que Katie, Chloe ha desarrollado una presencia activa en internet, con su cuenta de Instagram @chloeshairaffair. Allí comparte su propia experiencia con la alopecia, y anima a otras personas a desahogarse y contar las suyas. Mira al futuro con confianza, un futuro que incluye su boda, que será el próximo año. Su mensaje es simple. “La sociedad se equivoca en lo que nos ha enseñado: ser diferente no nos hace feos, nos hace hermosos por mérito propio”.
Linda
Linda Duncan tiene alopecia desde hace más de treinta años. Actualmente tiene cincuenta años, y empezó a perder el pelo, las cejas y las pestañas a los veinte. Comenzó a usar pelucas, las cuales importaba de Estados Unidos porque se le hacía difícil conseguir pelucas buenas en el Reino Unido. Llevarlas era una experiencia difícil y a veces humillante. Una vez salió corriendo de un club nocturno, porque alguien le arrancó la peluca de la cabeza.
Linda empezó a practicar running. Correr la llenó de valentía para deshacerse de su peluca, al menos en algunas ocasiones. Se apuntó al Parkrun de Colchester (Inglaterra), pero se dio cuenta de que sentía demasiado calor cuando corría con la peluca puesta, así que la sustituyó por una gorra o un pañuelo. Finalmente decidió disputar la carrera sin peluca ni nada, para crear conciencia sobre la alopecia. Un día publicó fotos del evento en sus redes sociales, y la reacción abrumadoramente positiva la llenó de aliento. Ese apoyo la animó a dar un paso más. Desde entonces va al supermercado sin peluca, algo que nunca hubiera contemplado en el pasado. Todavía pasa por momentos difíciles, pero las cosas están mejorando.
Reflexiones finales
La alopecia es una enfermedad que destroza la autoconfianza de quienes la padecen. Puede arruinar relaciones y carreras profesionales por igual. Por eso es estupendo escuchar las historias de personas que se han enfrentado a la alopecia y han demostrado que se puede vivir con ella. ¡Se merecen todo nuestro respeto!
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