Los medios han realizado una extensa cobertura sobre la lucha de Jada Pinkett Smith contra la alopecia areata. Estos sucesos han hecho que todo el mundo vuelque nuevamente su atención sobre el tema de la caída del cabello. Ahora, otros actores y celebridades están saliendo a la luz para hablar sobre sus problemas capilares.
Eso fue exactamente lo que hizo Amy Schumer, quien había pasado décadas ocultando su problema de caída del cabello. La actriz sufría de tricotilomanía desde su adolescencia, un trastorno que genera un impulso irrefrenable por arrancarse el pelo. Al final, la enfermedad terminó afectando su salud mental. Aunque la tricotilomanía se manifiesta externamente por los daños que la persona se hace en el cabello, en el fondo es un problema de salud mental, y no solo una condición física. Vamos a ver con más detalle la historia de Amy, y en qué consiste la tricotilomanía.
¿Cómo empezó?
En una entrevista reciente, la comediante recordó sus primeros años en la escuela, y las burlas que le hacían sus compañeros por su aspecto. Llegó a arrancarse tanto pelo, que le quedaron calvas muy notorias. “Cuando tenía 13 años, me arranqué tanto pelo que tuve que comprarme una peluca para poder ir al colegio. Fue muy duro, muy humillante”, reconoció Schumer.
El problema llegó a ser tan grave, que Amy se vio obligada a comer en la enfermería de la escuela, solo para evitar los comentarios malintencionados de sus compañeros. Esa etapa de su vida fue tan difícil, que decidió que jamás tocaría ese tema. Apenas lo mencionó públicamente ahora, a sus 40 años.
Durante el tiempo en que sufrió tricotilomanía, Schumer hizo lo que la mayoría de los pacientes hacen: ignorar el problema. “Me sentía muy segura y confiada, siempre tenía novio, y me decía a mí misma: ‘la gente que es genial no tiene pelo’”, reveló.
Fue tiempo después que decidió abordar su problema. Explicó que se tardó en darse cuenta de la situación. “Creía que todo estaba bien, no me daba cuenta de que eso no estaba bien, y que mi manía por arrancarme el pelo era algo grave”.
Por la mañana, su madre la ayudaba a peinarse. A menudo se echaba a llorar, porque no sabía cómo ayudar a su hija. Schumer dice que todo resultaba muy aterrador, ya que sus padres no sabían cómo abordar la situación. Hoy en día ha aceptado su condición, y usa extensiones para que su cabellera se vea más densa y frondosa.
La aceptación es el primer paso para afrontar la caída del cabello. Amy admite que ahora se siente mucho más relajada sobre su condición, e incluso ha hablado del tema en su programa reciente de Hulu, Life and Beth. “Tengo suerte de que las extensiones se hayan normalizado tanto hoy en día”, confiesa. “Hoy en día, todas las mujeres que vemos en las películas llevan peluca, o se añaden mucho pelo”.
¿Qué es la tricotilomanía y cómo se puede tratar?
La tricotilomanía es un trastorno que se caracteriza porque el afectado siente un fuerte impulso por arrancarse el pelo, ya sea de la cabellera o de otras partes del cuerpo. El resultado suele ser la aparición de calvas en la cabeza, lo que puede dañar la autoestima y la apariencia personal de quien la sufre.
Existen dos tipos de tricotilomanía, concretamente conocidos como “de extracción focalizada” y “de extracción automática”. La gravedad de la afección varía mucho de persona a persona. En algunas personas puede ser manejable, mientras que en otras puede dar lugar a una enorme extracción de cabello, muchas veces vinculada a sentimientos de angustia y estrés.
¿Qué es lo que causa la tricotilomanía?
Las causas de la tricotilomanía todavía no se han identificado de forma definitiva. El trastorno está relacionado con la alteración de las vías cerebrales responsables del control de las emociones, los hábitos, los movimientos corporales y la interpretación de los impulsos. Otros factores implicados son:
- La edad. Es un trastorno que se presenta con mayor frecuencia en jóvenes de entre 10 y 13 años, y los síntomas van cambiando con el tiempo.
- El estrés. Los acontecimientos estresantes, como los conflictos y la violencia, pueden desencadenar algún cuadro de tricotilomanía. El estrés y la depresión son efectos secundarios comunes de la caída del cabello, y pueden empeorar la condición si no se abordan adecuadamente.
- Problemas de salud mental. La tricotilomanía puede ser desencadenada por otros problemas de salud mental, como la depresión, la ansiedad o el TOC (Trastorno Obsesivo-Compulsivo).
- Genes. Como sucede con muchos trastornos, la tricotilomanía se puede transmitir de padres a hijos.
- Hormonas. Los cambios hormonales son un factor relevante, sobre todo durante la pubertad.
Como vimos en el caso de Amy, arrancarse el pelo puede convertirse en una especie de adicción. La mejor manera de tratarla es aplicando la terapia cognitiva conductual (TCC), también conocida como entrenamiento de reversión de hábitos. Básicamente, este tipo de terapia busca sustituir el hábito de arrancarse el pelo, identificando y evitando sus factores desencadenantes.
Reflexiones finales
Aunque las condiciones de pérdida capilar son más comunes (como la alopecia areata, la calvicie de patrón masculino o la pérdida de cabello posparto), la tricotilomanía también puede provocar una considerable pérdida de cabello. Consultar a un experto en restauración capilar es imprescindible para evaluar correctamente la situación, y para escoger el tratamiento más apropiado. Vinci Hair Clinic les ofrece una consulta gratuita a todos sus pacientes nuevos. ¡Reserva tu cita hoy mismo!