Enterarte de que padeces alopecia areata es una muy mala noticia. Esta enfermedad autoinmune provoca la caída del cabello en forma de parches discontinuos. El único resquicio de esperanza que nos deja esta enfermedad es que, en la mayoría de los casos, la calvicie que deja se puede revertir. Pero en primer lugar, hay que dar con la causa del problema.
Pero con la alopecia cicatricial no pasa lo mismo. Generalmente, este tipo de alopecia causa una pérdida de cabello permanente. Por eso es importante saber por qué se produce esta afección. Más concretamente, es crucial saber si tus prácticas de cuidado del cabello pueden haber contribuido al desarrollo de la alopecia cicatricial. Si conoces cuáles son los riesgos, podrás tomar medidas para evitarlos.
Sigue leyendo para que conozcas más detalles.
¿Qué es la alopecia cicatricial?
“Alopecia cicatricial” es un término médico que hace referencia a un conjunto de afecciones inflamatorias que atacan a los folículos pilosos. Estas afecciones tienen características diferentes, pero todas comparten una capacidad para destruir los folículos pilosos, causando una pérdida de cabello irreversible. Se calcula que alrededor del 3% de las personas que sufren pérdida capilar presentan alopecia de tipo cicatricial.
Las cicatrices de las que hablamos no son visibles en el cuero cabelludo del paciente, ya que el daño que les causa a los folículos pilosos se produce debajo de la piel. Cuando esto ocurre, pueden aparecer signos notables de inflamación, en forma de enrojecimiento, descamación o pigmentación.
¿Cuáles son las causas?
Es justo decir que todavía no sabemos a ciencia cierta cuál es la causa de la alopecia cicatricial. Pero al menos hay consenso en torno al hecho de que la inflamación es clave en este tipo de problemas. La inflamación puede estar causada por anomalías en el receptor activado por proliferadores (PPAR), una proteína receptora que juega un rol clave en la regulación de las células de los folículos pilosos. Cuando este PPAR deja de funcionar eficazmente, se desencadenan problemas en las glándulas sebáceas que están unidas a los folículos pilosos. Esto conduce a la acumulación de lípidos tóxicos, y provoca una respuesta inflamatoria por parte del sistema inmune.
Aunque es poco lo que se puede hacer ante el mal funcionamiento de las proteínas receptoras, hay otras causas de la alopecia cicatricial que sí pueden estar bajo nuestro control. Entre ellas se encuentran algunos hábitos de cuidado del cabello, a los que la ciencia también ha culpado en el pasado. A continuación analizaremos estos hábitos.
“Alopecia de peine caliente”
La “alopecia del peine caliente” se diagnosticó por primera vez en la década de 1960, en mujeres afroamericanas. Se llegó a pensar que la enfermedad se debía a las pomadas de aceite y a los peines calientes que usaban las mujeres negras para alisarse el pelo. La teoría era que el aceite inflamaba la zona que rodeaba a los folículos pilosos, provocando caída del cabello en forma de parches.
Pero ahora, seis décadas después, sabemos con certeza que esa inflamación no necesariamente está relacionada con esta práctica en concreto. Debido a ello, actualmente la “alopecia de peine caliente” recibe otros nombres, como síndrome de degeneración folicular, alopecia central progresiva o alopecia cicatricial central centrífuga.
Sin duda, el uso excesivo de pomadas de aceite y peines calientes puede causar mucha irritación e inflamación en el cuero cabelludo. De hecho, puede provocar caída del cabello en forma de parches. Sin embargo, esta pérdida de cabello es temporal, siempre que se detecte a tiempo y se ponga fin a esa práctica tan perjudicial.
Alisadores para el cabello
La alopecia cicatricial también se ha achacado a los alisadores capilares. Estos productos brindan una forma bastante rápida de alisar el cabello, pero no están exentos de efectos secundarios. Este tipo de productos contienen hidróxido de sodio, una sustancia química que también se encuentra en los limpiadores para hornos y en los disolventes de pintura. Esa sustancia puede causar quemaduras en el cuero cabelludo, dejando daños persistentes.
Estos problemas suelen presentarse cuando se utilizan alisadores capilares en casa, sin supervisión profesional. Si estás decidida a hacerlo tú misma en vez de acudir a un salón de belleza, toma algunas precauciones para mantener la salud de tu cabello y cuero cabelludo. Antes de empezar, aplícate una capa protectora de vaselina en el cuero cabelludo. Además, no te dejes el alisador capilar en el cabello más tiempo del recomendado, y retíralo de inmediato si sientes una sensación de ardor.
Alopecia por tracción
Sabemos con certeza que los peinados estirados y apretados causan problemas capilares. Si se mantienen por mucho tiempo, las trenzas, moños, coletas y colas de caballo pueden provocar la rotura y caída del cabello. Sin embargo, los efectos de la alopecia por tracción son reversibles cuando la condición se detecta a tiempo. La solución más sencilla consiste en llevar un peinado más suelto.
Pero si la persona insiste en llevar el pelo apretado y estirado, puede aparecer una forma más permanente de pérdida capilar, debido a la cicatrización. Este riesgo aumenta cuando el peinado en cuestión se combina con algún otro tipo de tratamiento, como el alisado químico.
Conclusión
A veces parece que nuestro cabello está recibiendo ataques desde todos los frentes. Por eso no debemos empeorar el problema siguiendo prácticas perjudiciales. Como hemos visto, algunos peinados y tratamientos de alisado pueden causar problemas cuando se realizan de forma incorrecta.
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