En noviembre, los seguidores del equipo de fútbol americano Buffalo Bills se quedaron pasmados cuando el quarterback Josh Allen se lesionó el codo en un partido contra los Jets de Nueva York. Las esperanzas de los Bills de llegar a la Super Bowl dependían en gran medida del estado físico de Allen, y esa lesión en el codo amenazaba con mantenerlo de reposo por hasta cuatro semanas.
Sin embargo, al final Allen no se perdió ningún partido. El mérito se lo atribuyó al tratamiento de regeneración celular que recibió después de sufrir la lesión. ¿Sabías que este tratamiento se usa para curar lesiones? ¿Pensabas que solo se utilizaba en los “tratamientos faciales vampíricos”? ¿O tal vez hayas oído que también se usa para combatir la caída del cabello?
En este artículo vamos a hablar sobre la versatilidad del tratamiento de regeneración celular (RC). ¡Sigue leyendo!
Explicación del plasma y las plaquetas
Veamos qué significan estas palabras. En primer lugar, el plasma es el líquido que transporta los distintos componentes de la sangre por todo el organismo. Las plaquetas son uno de esos componentes, y proceden de la médula ósea. Su función principal es detener las hemorragias. Cuando sufrimos alguna lesión y se daña un vaso sanguíneo, el cerebro desencadena el movimiento de las plaquetas hacia el lugar de la lesión.
La sustancia que se usa en el tratamiento de RC se obtiene separando las plaquetas de otros componentes sanguíneos, mediante una centrifugadora. A continuación, las plaquetas se extraen y se inyectan en la herida o lesión. Aún no se sabe con certeza cómo funciona la RC, pero se cree que los factores antiinflamatorios y de crecimiento que tiene la solución concentrada estimulan el proceso de cicatrización.
Historia y usos
La RC se presenta en diferentes formas. A veces se denomina FC (factores de crecimiento), FRP (fibrina rica en plaquetas) o CP (concentrados de plaquetas). Para los fines de este artículo, usaremos el término regeneración celular (RC).
Los hematólogos usaron la RC por primera vez en los años setenta, para tratar a pacientes con trombocitopenia, una enfermedad que se caracteriza por una deficiencia de plaquetas en la sangre. RC era el término que los médicos usaban para describir el plasma con un recuento de plaquetas superior al de la sangre periférica; es decir, la sangre que circula por todo el cuerpo. Aproximadamente una década después, la RC se utilizó en casos de cirugía maxilofacial, la rama de la cirugía que se encarga del tratamiento de enfermedades y lesiones que afectan a la boca, los maxilares, la cara y el cuello.
Desde entonces, la RC se ha utilizado en cirugía cardiaca y pediátrica, ginecología, urología, cirugía plástica y oftalmología. Se ha usado ampliamente para tratar lesiones deportivas musculoesqueléticas, como roturas del manguito rotador, lesiones del tendón de Aquiles y tendinitis.
Dermatología y caída del cabello
El interés de los dermatólogos y de los cirujanos estéticos por la RC surgió debido al papel que ésta cumple en la regeneración de los tejidos, la cicatrización de las heridas y el rejuvenecimiento de la piel. A lo largo de los años, este efecto ha sido observado y confirmado por diversos investigadores. Un estudio de 2018 realizado por dermatólogos de Barcelona demostró que la RC podía estimular la síntesis de colágeno tipo 1. El colágeno forma el tejido conectivo, y es un componente importante de los huesos y de la piel, así como de tejidos blandos como ligamentos, músculos, tendones y cartílagos. La RC también resulta útil para curar cicatrices causadas por acné, quemaduras y cirugías.
Uso contra la caída del cabello
Desde 2006, el sector de la restauración capilar reconoce el potencial de la RC como tratamiento eficaz contra la caída del cabello. Su impacto en este ámbito ha sido estudiado por varios académicos. Por ejemplo, un estudio que fue publicado en 2018 por investigadores estadounidenses concluyó que la RC mostró resultados prometedores en el tratamiento de la alopecia androgénica.
En 2020, investigadores de Michigan y Baltimore (Estados Unidos) publicaron un trabajo en el que concluyeron que la RC podía usarse para estimular el crecimiento del cabello en casos de alopecia androgénica y alopecia areata. Sin embargo, una de las dificultades que ponen de relieve estos dos estudios es que no existe una solución RC estándar. Por lo tanto, es difícil hacer comparaciones entre los estudios.
La RC se puede utilizar como tratamiento independiente o como complemento de otros procedimientos, como en el caso de los trasplantes capilares. Puede revertir el debilitamiento del cabello y la calvicie en la mayoría de sus fases. También se puede aplicar para estimular el crecimiento, y para acelerar la cicatrización. La RC estimula el crecimiento del cabello desde la raíz, ya que fomenta la producción de hebras sanas y gruesas. Además, es un tratamiento seguro, porque se usan los propios recursos del organismo.
Conclusión
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