Quienes deciden someterse a tratamientos de restauración capilar tienen motivos muy similares para hacerlo. La mayoría quiere ponerle fin a la pérdida o el adelgazamiento capilar que les ha molestado por tantos años. Sin embargo, en los últimos tiempos los clientes han llegado con nuevas inquietudes, las cuales están estrechamente vinculadas con la pandemia del Covid-19. Curiosamente, la pandemia ha provocado un aumento en la demanda por procedimientos de restauración capilar.
Sigue leyendo para que descubras cómo la cuarentena ha hecho que algunas personas se sientan obligadas a combatir su calvicie de una vez por todas. Además, te contaremos por qué la pérdida de cabello post-Covid ha impulsado a muchos a hacerse un trasplante capilar.
Pérdida de cabello post-Covid
No cabe duda de que algunas personas terminan sufriendo cierta pérdida de cabello después de contraer el Covid-19. Esto ocurre como resultado de la presión que el virus ejerce sobre el organismo, provocando el desarrollo de una forma de alopecia conocida como efluvio telógeno. Cuando esto ocurre, un mayor porcentaje de cabellos entran en la fase de reposo del ciclo de crecimiento. El pelo se sigue cayendo con normalidad, pero no es reemplazado por nuevas hebras.
Aunque se desconoce el número exacto de casos, no cabe duda de que el efluvio telógeno causado por el Covid es un problema significativo. De hecho, algunos estudios elevan la cifra hasta el 66%, mientras que otros estiman que está más cerca del 10% de los casos. Es probable que la cifra real esté en algún punto intermedio.
Esta situación ha hecho que muchas personas se acerquen a las clínicas de restauración capilar, buscando información sobre los tratamientos que ofrecen. En la mayoría de los casos no es necesario realizar ninguna intervención quirúrgica, porque la pérdida de cabello por efluvio telógeno suele ser temporal, y el cabello vuelve a crecer al cabo de unos meses. Por ello, las clínicas capilares de calidad solo les brindan asesoría a sus clientes, para que puedan acelerar ese proceso natural, pero no recomiendan nada más.
La vida en cuarentena
Pero la pérdida de cabello post-Covid no lo es todo. El virus ha encontrado otras maneras de hacer que la gente busque tratamientos de restauración capilar. El confinamiento hizo que cerraran muchos lugares de trabajo, y millones de personas se vieron obligadas a trabajar desde casa. La comunicación entre los compañeros de trabajo empezó a hacerse por teléfono e internet, y las reuniones por Zoom se convirtieron en la norma. En el momento más álgido de la pandemia, las videollamadas también se convirtieron en la mejor alternativa para mantener contacto con nuestros amigos y familiares.
Sin embargo, parece que pocas personas disfrutaban realmente de esos encuentros. Algunas incluso desarrollaron cierto temor y aversión hacia las videollamadas. Para algunas personas, era la primera vez que tenían que mostrar su rostro en la pantalla. Muchos empezaron a verse bajo una luz diferente: veían el pequeño recuadro donde se reflejaba su imagen, y empezaban a preguntarse: “¿De verdad me veo así?”. Muchos entendieron que ya no podían seguir ignorando que el pelo se les estaba cayendo. Desde que terminó el confinamiento, los especialistas de las clínicas de restauración capilar se han acostumbrado a que los clientes les digan: “Cuando vi mi pelo por Zoom, sentí que tenía que hacer algo”.
Influenciadores de las redes sociales
La cuarentena también contribuyó al aumento de los influencers de las redes sociales. En 2020, alrededor del 59% del gasto publicitario mundial se destinó a los medios digitales: las marcas recurrieron a los influenciadores de las redes sociales y a los redactores de contenido para sortear las restricciones globales que les fueron impuestas a otras estrategias de marketing, a raíz del confinamiento. Las personas que no podían salir a la calle pasaban mucho más tiempo en línea; así que los influenciadores se convirtieron en un método más eficaz para llegar a esas personas.
El término “influenciador de las redes sociales” no debe entenderse en un sentido estricto. Puede que se haya acuñado originalmente para describir a los jóvenes emprendedores de YouTube e Instagram, que lograron hacer fortunas promocionando productos entre sus millones de seguidores. Eso sigue ocurriendo, pero hoy en día un influenciador puede ser cualquier persona que tenga redes sociales con una buena cantidad de seguidores.
Esta definición incluye a actores, modelos, estrellas de cine y deportistas. No hay duda de que estas personas tienen bastante influencia. En los últimos años, un mayor número de famosos se han sometido a trasplantes capilares, y han hablado de ello abiertamente en todo tipo de plataformas. Durante el confinamiento, esas historias fueron escuchadas con mayor detenimiento. Sin duda, eso animó a muchas personas a combatir sus propios problemas de pérdida capilar.
Conclusión
La pandemia del Covid-19 alteró nuestras vidas de muchas maneras. Por ejemplo, muchos creen que el mercado laboral ha cambiado para siempre; y en muchos casos es poco probable que volvamos a trabajar cinco días a la semana desde la oficina, como era costumbre. Las cuarentenas también motivaron a muchas personas a hacer algo para combatir su pérdida de cabello. Esa es una de las cosas positivas que nos dejó la pandemia.
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