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Millones de personas se ven afectadas por la caída del cabello en todo el mundo. Y todos sabemos cuáles son las causas de esa enfermedad: la genética, los cambios hormonales o ciertos problemas de salud. A veces puede ser una combinación de varios factores, pero creemos que básicamente son esas las causas; y ahí se termina la historia. Pero la verdad es que la historia no termina ahí. Hay factores más inusuales que también pueden contribuir a la caída o el debilitamiento del cabello. En este artículo vamos a analizar algunas de las causas más inesperadas. Arrojaremos luz sobre los desencadenantes menos conocidos, así que podrías sorprenderte.

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Estrés emocional

La primera causa inusual de la que vamos a hablar es el estrés emocional. Tal vez ya hayas oído que el estrés puede afectar a nuestra salud, ¿pero sabías que también puede tener serias repercusiones sobre nuestro cabello? El estrés emocional, causado por la pérdida de un ser querido, un evento traumático o la ansiedad crónica, puede provocar una afección conocida como efluvio telógeno. Esta condición hace que más folículos pilosos entren a la fase telógena o de caída, haciendo que el pelo empiece a caerse, unos tres meses después del evento desencadenante.

La caída del cabello relacionada con el estrés puede ser especialmente molesta, ya que crea un ciclo de ansiedad y timidez. Para mitigarlo, es importante darle prioridad al cuidado personal, realizar actividades que reduzcan el estrés y buscar apoyo profesional o de nuestros seres queridos, para controlar el estrés subyacente y favorecer el crecimiento del cabello. La buena noticia es que la caída del cabello causada por el estrés emocional suele revertirse una vez eliminado el estrés subyacente.

Hábitos nocivos

Pocas personas son conscientes del daño que ciertos hábitos de cuidado capilar le pueden causar al cabello. Aunque es habitual utilizar herramientas y productos de peinado para poder llevar un look en específico, el calor excesivo, los tratamientos químicos y los peinados estirados pueden pasarle factura a nuestro cabello. El uso excesivo de planchas, rizadores y secadores puede dañar el tallo capilar y provocar roturas y debilitamiento. Los utensilios que trabajan con calor sólo se deben usar de forma selectiva, e incluso en esos casos, debemos usar aerosoles que nos resguarden del calor, creando una barrera protectora.

Los tratamientos químicos, como los alisadores, los tintes y las permanentes, también pueden debilitar el cabello y ponerlo quebradizo. Por eso hay que evitar superponer tratamientos, y dejar que el pelo se recupere entre un tratamiento y otro. Las alternativas más suaves, como los tintes naturales o sin amoniaco, también pueden reducir el riesgo de que se produzcan daños.

Además, los peinados muy estirados, como las trenzas, las coletas o los moños, pueden provocar una afección llamada alopecia por tracción, en la que se produce la caída del cabello debido a la tensión constante sobre los folículos pilosos. Para prevenir este tipo de daños, se recomienda dejar que el cabello descanse de los peinados estirados, utilizar ligas suaves y evitar los jalones excesivos.

Deficiencias nutricionales

Para mantener una cabellera sana, es crucial seguir una dieta adecuada. Las deficiencias nutricionales pueden contribuir a la caída del cabello, sobre todo cuando falta hierro, zinc, vitamina D o biotina. El hierro es esencial para el transporte de oxígeno a los folículos pilosos, mientras que el zinc favorece el crecimiento y la reparación del cabello. La vitamina D tiene una importante función en el ciclo del folículo piloso, y la biotina ayuda a producir queratina, que es la principal proteína estructural del cabello.

Para que tu cabello crezca sano, debes seguir una dieta equilibrada, rica en proteínas magras, frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables. Este tipo de alimentos aportan los nutrientes necesarios para mantener el cabello en perfectas condiciones. Si sospechas que tu pérdida capilar puede deberse a alguna deficiencia nutricional, habla con tu médico para que te prescriba exámenes y te oriente sobre los cambios que puedes hacer en tu dieta, o para que te sugiera suplementos de ser necesario.

Factores medioambientales

La exposición a la contaminación atmosférica, el agua dura, el cloro de las piscinas, la radiación ultravioleta (UV) y otros factores ambientales pueden contribuir a dañar el cabello y provocar su caída. Los contaminantes y las sustancias químicas presentes en el aire pueden acumularse en el cuero cabelludo, obstruir los folículos pilosos e impedir el crecimiento sano del cabello.

Para minimizar el impacto de los rayos UV, ponte una gorra o un sombrero, o utiliza productos capilares protectores cuando te vayas a exponer al sol. Lavarse el pelo regularmente con un champú suave puede ayudar a eliminar los contaminantes acumulados, y a mantener el cuero cabelludo limpio. También debemos enjuagarnos el pelo con agua limpia antes y después de nadar, para mitigar los efectos del cloro o del agua salada.

Reflexiones finales

Estas causas inusuales de la caída del cabello podrían sorprenderte, pero nos recuerdan que la salud de nuestro cabello puede verse afectada por una serie de factores que van más allá de la genética y las hormonas. Si conocemos esos posibles desencadenantes, podremos tomar decisiones informadas sobre nuestras rutinas de cuidado capilar, y adoptar medidas para mantener nuestro cabello sano.

Recuerda que la prevención y la intervención precoz son fundamentales para poder controlar la caída del pelo, así que no dudes en visitar a un profesional si te preocupa el debilitamiento o la caída excesiva de tu cabello. En Vinci Hair Clinic les ofrecemos una consulta gratuita y sin compromiso a todos nuestros clientes nuevos. La consulta se puede realizar en persona, en una de nuestras numerosas clínicas; o por teléfono, mediante fotografías. ¡Ponte en contacto con nosotros y reserva tu cita hoy mismo!